Hola, internautas...
Cambiamos de mes y de estado emocional. Mucho tiempo sin subir nada, espero sepáis perdonarme, no están siendo los mejores días.
Estoy hasta las manos por este chico. Tanto que le escribí algo que nunca le voy a enseñar.
No está acabado, pero confío en que vosotros me sabréis inspirar para terminarlo.
Acompaña mi mano de esta otra que es la tuya.
Todas las aguas de esta fuente
a ti, compañero,
te las dedico.
Entiendo quizá esta carga es de imprevisto
para aquestos que no se muevan del hielo al fuego
y puedan ser terreno firme y brisa suave
sin tener que ser también
arena movediza y tempestad.
No pretendí que de un susto
mi querer supiese a amar.
Si bien quisiera
por toda la vida ocupar un lazo
que nos una, a ti y a mí, compañero
Por culpa del propio amor
podré ver nunca el brillo de unos ojos
que siquiera sabía
si brillaban por mí.
Acompaña de un suspiro a estas dos manos:
Bailo sola entre todas las flores
como un colibrí contento
por este dulce jardín que es la vida...
Pero te necesito a ti, compañero,
que a mi lado sabes tú caminar.
Y busco entre todo este agravio
que con mis letras formé,
Un espacio por el que quepa en la boca
pronunciar unas palabras por mí
- y sean las mías,
pues ya yo las dije
la primera vez que te vi.
Pétalo por pétalo despedazaría yo
mi bonito jardín
Que esta soledad que me acompaña
huele siempre a vainilla,
y yo necesito de tanto en tanto
un pizco de café.
Mi alma necesita estar llena
y yo no la sé llenar
de otra cosa que no sea amor.
Aquí en mi jardín
corto un clavel mirando al cielo
mientras veo en todas las nubes
un manifiesto por tu nombre.
En esta tierra mojada
quiero plantar una semilla
y regar día a día
pensando en ti.
Sea donde hoy ven mis ojos
todo lo hace el amor.
Todas las manos tienen
otra mano que acompañar.
Todos los jardines tienen
unas flores entre las que bailar.
Y yo aquí me encuentro...
¡Cortando el mismo clavel y
mirando las mismas nubes!
¿Es que es esta persona
alguien que merezca la pena reclamar?
Todo está mojado ahora,
y esta fuente seca.
Marchitas todas las flores
una por una,
una por una...
Ante mí, un cielo sin nubes
y un clavel que no tiene
más pétalos que arrancar.
Mi alma quiere estar llena,
pero, ¿no es obvio?
Llenarse de vacío
es vaciarse aún más.